Cuando mi hija nació no tuvimos en ningún momento problemas con su piel, no mostró ningún tipo de irritación o molestia por nada. Siempre usamos cremas hidratantes e intentabamos no bañarla todos los días, tal y como nos recomendaron. Con el paso del tiempo le aparecieron unos ronchones rojos con granitos asperos en los mofletes y esos mismos granitos por los brazos y alguna zona del muslo. Le consultamos a la pediatra y nos dijo que eso era probablemente piel atópica y que debíamos usar cremas muy hidratantes. De hecho, como ya volvía el buen tiempo nos recomendó buscar una crema solar específica para este tipo de pieles... Aquí comenzó nuestro salto de una crema a otra...