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De la cuna a la cama


Cuando nació mi hija, ni me planteé el momento en el que debería pasarla a su habitación, a su cama... Tal vez tuviésemos una idea hecha, pero nada claro y, desde luego, no tenía ninguna prisa en hacer el cambio.

Pero ahora ha llegado el momento. Hemos apurado todo lo que hemos podido, pero a la pobre se le ha quedado pequeña la cuna y no era plan de que estuviese durmiendo encogida toda la vida. Así que hace unos días hicimos el cambio...



Cuando mi hija cumplió los 7/8 meses, su pediatra me dijo que ya era hora de sacar a la niña de nuestra habitación. Recuerdo que quedaba poco para Semana Santa y dijimos que lo intentaríamos esos días. No fue así, ya que además nos fuimos de viaje... Llegó el verano y con el calor que hace por aquí, como ibamos a pasarla a su habitación, se nos iba a derretir. Como, además, seguíamos con la lactancia, me era mucho más cómodo tener la cuna a mi lado de la cama y pasarla entre nosotros si se quejaba y quería teta.

Hace meses que se acabó la lactancia, pero mi hija ha seguido durmiendo a mi lado. Ya ha sido por comodidad para todos y porque me gustaba tenerla junto a mí, oír su respiración cuando duerme.... Pero, como os decía antes, la cuna ya se le ha quedado justa y ha llegado el momento. Ha pasado de la cuna a la cama, de nuestro dormitorio al suyo, todo de una sola vez.


Antes de cambiarla, lo que hicimos fue buscar las barreras para la cama, para que no se nos cayese la peque al suelo. Finalmente las compramos en Carrefour. Una blanca, básica, de 90cm para hacer la función de cabecero (lo habréis visto en la foto de arriba) ya que toda su afición es ir subiendo y pegando la cabeza. Y otra grande, de 150cm, abatible y ya con temática de Minnie Mouse. Quedan justas, las barras bajo el colchón cubren todo el largo de éste, pero que cumplen con las instrucciones del fabricante, así que genial.

De momento, lleva una semana durmiendo en ella. La verdad es que se la ve muchísimo más cómoda. La primera noche se resistió a tumbarse en ella, pero al final me tumbé con ella, pusimos su tortuguita con las estrellas y se relajó hasta que se durmió. Del tirón, hasta las 9 de la mañana, como hacía en su cuna.

La única diferencia con las noches en la cuna, además del cambio físico de una y otra, es que en la cama tiene acompañante. Mickey. Su peluche del dulce ratoncito no le falta por las noches, no me parece mal, no lo veo como algo negativo, al revés. Ya que de repente está sola en su cuarto, que mejor que esté con ella su adorado Mickey, o Kiky como ella le llama.

De momento va todo bien, ya veremos a ver. El siguiente paso es coger otra rutina a la hora del sueño, que se acueste antes y comenzar a leerle cuentos para que se relaje...


¿Cuándo cambiasteis vosotras a los niños? ¿Pasaron directos de la cuna a la cama? ¿Qué tal fue el cambio?



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